- Para instalar un fregadero puede buscar a un fontanero, es decir a
un experto en fontanería.
- Pero es muy extraño preguntarle al fontanero si uno quiere o no
quiere poner un fregadero, qué tipo de fregadero, dónde, de qué
color, etc...
- "Señor fontanero ¿usted cree que debo poner un fregadero?
¿Y comprar una casa en el campo? ¿Y que le parece mi
novia/o?" El fontanero pensará: "este tío/a está
chalado"
- No existen expertos en "limpiarse las narices".
- Es habitual en la bolsa encontrarse con
personas que dedican más tiempo a mirar, dar vueltas y decidir qué
coche se van a comprar que a tomar una decisión de inversión por
la misma cantidad. Incluso es habitual tomar decisiones sobre
cantidades mucho mayores dedicándole menos tiempo al problema que a
la hora de decidir un frigorífico, un equipo de música, un sofá,
los muebles de una cocina o unas cortinas. Extraño mundo el de la
bolsa.
- Ya decía Benjamin Graham que esto es una de las cosas más
sorprendentes del mundo financiero: "Un empresario, por
ejemplo, busca asesoría profesional en varias facetas de su
negocio, pero no esperan que le digan cómo conseguir
beneficios".
- Nadie le pide a un experto cómo conducir sus negocios y su
vida... menos en la bolsa.
- Increíble; pero cierto.
- A este enigma histórico sólo le hemos encontrado una
explicación.
- Al parecer existen tres ámbitos del saber dónde una persona
educada debe conducirse como un descerebrado o un niño: (1) la
religión, (2) la bolsa, (3) las matemáticas. En los tres casos no
sólo 'queda bien' considerarse un perfecto ignorante, sino que es
de mala educación tener una opinión formada.
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